Comenzar a ser adulto en dictadura

De niños siempre queremos crecer, soñamos con ser adultos; dueños de nuestras decisiones, dinero, independencia y sueños.

Lo que nadie nos avisó fue que vendría la peor crisis de la historia de Venezuela. Esa que en alguna materia del colegio nos contaron: que alguna vez hubo un dictador, la inflación, las protestas y la solución. Sin embargo, al menos yo, tengo esperando ese final feliz desde los 5 años. Ese final que tuve que empezar a buscar en otro lugar del mundo.

Nuestro país es nuestro entorno, todo lo que conocemos, a lo que estamos acostumbrados. Es nuestro hogar.

Personalmente, pienso que en Venezuela es imposible aspirar y lograr un futuro como el que la mayoría soñamos. Desde que tuve mi primer trabajo, he querido cantidades de cosas por comprar, por ayudar a mi madre y por crecer.

Cada año que pasaba se hacía todo más lejano, más difícil y más inalcanzable. ¡Había que buscar una solución!

Con las protestas tantos jóvenes se esperanzaron, incluyéndome. «Ahora si saldremos de este gobierno», todo fue una ilusión, un espejismo. Queríamos abrazar la esperanza de salir adelante, de tener un futuro. Nada sirvió. Muchos se quedaron con la ilusión, y muchas madres se quedaron sin sus cachorros, quienes quedaron bañados de sangre en cada uno de los días de protestas que pasaron. 

IMG-20170710-WA0039.jpeg

Los que pueden, se van, los que no intentan luchar hasta llegar al límite de su resistencia. Para luego tomar la decisión más difícil para terminar de crecer.

Abandonar el nido y aprender a volar, así nos caigamos un par de veces. Podemos ser las aves que vuelen más alto. 

 

 

Publicado por Paola Campos

Zurda pero de Derecha. Maracucha orientalizada. Comunicadora Social, bailarina de ballet, estar en el escenario es la mejor sensación. Amo Venezuela, es el mejor país del mundo con las personas equivocadas.

Deja un comentario